Historia

El municipio de Tella-Sin se forma en la década de 1960, cuando los antiguos ayuntamientos de Tella y Sin se unieron administrativamente. A partir de ese momento, su capital pasa a ser Lafortunada, al contar con una mayor población que se concentró con la llegada de la empresa Hidroeléctrica Ibérica  en 1918 para construir diferentes instalaciones hidroeléctricas, que incluían varias centrales. 


Los años 20 del siglo pasado marcaron una época próspera en Lafortunada y el  valle del Cinca. Lafortunada contó con un censo de mil habitantes, población que fue decreciendo décadas después con la finalización de las obras y la posterior automatización, así como por la mejora de las comunicaciones por carretera.